Infartos: el miedo por el COVID19 aleja a los pacientes de la consulta ante síntomas

Cardiólogos advierten por las consecuencias de la llegada tardía al médico. Aseguran que un dolor de pecho es motivo de asistencia en forma inmediata, incluso en medio de la pandemia.
En paralelo a la propagación del COVID19 en el mundo, hay otra situación grave y compleja que preocupa. La comunidad cardiológica alertó por la caída en la cantidad de consultas ante síntomas de infartos, y por ende, personas que padecerán a mediano o largo plazo las consecuencias de no tratar a tiempo la enfermedad.
La alerta que emitieron primero cardiólogos de Europa y luego de EEUU, hoy alcanza a nuestro país. En Argentina hay 35 sociedades cardíacas que nuclean a más de 4.000 cardiólogos y todos coinciden en la baja asistencia de los pacientes.
“Aparecen en los consultorios con un infarto evolucionado, quiere decir que el paciente se infarta en la casa y hace una consulta cuando cree oportuno el momento, porque continúa con dolor. Cuando un infarto ya se cursó, se deja la patología a su libre evolución y ahí aparecen las otras complicaciones, como un aumento en la mortalidad al mediano y largo plazo”, explicó la cardióloga Sonia Costantini.
La especialista destacó que el paciente que llega con un dolor de pecho a la consulta se le hace un electro y luego recibe un tratamiento. “Es la angioplastia, es decir, se hace un cateterismo, se encuentra la obstrucción de la arteria y lo que se hace es dilatarla”, apuntó.
Costantini insistió en la importancia de no enfocarse sólo en las consecuencias del coronavirus, ya que pueden no advertir otros problemas de salud. “La principal causa de mortalidad en la enfermedad cardiovascular y no el COVID. Acá hay una confusión que está generada por el miedo. El miedo no puede hacer esperar a la necesidad de consulta ante un dolor en el pecho, ante una pérdida de conocimiento o un episodio de palpitaciones en un paciente coronario. Pasa lo mismo con el ACV. Eso es lo que estamos viendo que sucede y no puede suceder. La mortalidad la gana la enfermedad cardiovascular”, subrayó.
La incidencia de la enfermedad cardíaca es alta. En Argentina se superan los 55.000 infartos por año y la mortalidad por dicha patología oscila entre el 11 y el 15%, según la provincia.
Costantini remarcó que además de asistir al médico de cabecera en caso de síntomas, es importante para los pacientes crónicos asegurar la continuidad en la toma de medicación. Asimismo resaltó la importancia de que se acerquen aquellas personas a quienes se estaba estudiando el diagnóstico de hipertensión. “Ese paciente tiene que volver a la consulta y si es hipertenso empezar un tratamiento”.
“Pacientes hipertensos, diabéticos, obesos, con antecedentes cardiovasculares o insuficiencia renal, son los que tienen más riesgo en el caso de contraer el COVID19”, puntualizó y aclaró que en caso de necesidad de atención médica, se atienden en los centros médicos en espacios diferentes a quienes acuden a una consulta infectológica. “Hay que tener cuidado, actuar con calma, y sí tiene una patología tiene que ir a la consulta. Todos estamos tomando los recaudos. Hay prácticas que están suspendidas y a lo que se apunta es a buscar la patología coronaria que es la que da más riesgo de mortalidad”.